domingo, 6 de septiembre de 2020

EDUCACIÓN Y TRABAJO A DISTANCIA, NO SIEMPRE SON UNA PAREJA BIEN AVENIDA.

Reproduzco mi artículo publicado en "Escuela Hoy" de septiembre de 2020, una revista del sindicato STEM.

Los MOOC -Massive Open Online Course-, los webinars y el streaming suenan maravillosamente como producto de mercado. Cualquier cosa adquiere brillo cuando se la traduce al inglés. No es lo mismo pasar hambre que ser freegan (o frigano), que ya tenemos traducción, ¡Qué bien! Y no es lo mismo comprarse la Power-Balance por Amazon que una “Poder y Equilibrio” en el mercadillo de los martes. Cuando abrimos el paquete (hacemos unboxing) de este producto tan maravillosamente empaquetado en inglés, aparece el esperpento y nos viene la depresión. Educar a distancia es lo peor. Pero no podremos reconocerlo públicamente, porque todo el mundo sin excepción, como en la teleserie ‘The Brady Branch’, se muestra resplandecientemente feliz y satisfecho de la nueva adquisición y exclamaremos como si nos hubiera tocado la lotería “pues sí Maripili, yo ya soy youtuber oficialmente”.

Los  profesores hemos sufrido una inmersión forzosa en la educación a distancia que ha sido más bien un waterboarding (nada que ver con el surf). Ha habido algunos adelantados, casi siempre por debajo de la cuarentena, que ya lo tenían montado en su Moodle con entregas y actividades digitales gamificadas, pero no nos engañemos, muchos hemos pasado de las fotocopias a la histeria digital en menos de una semana.

No pasa nada, la Comunidad de Madrid se ha “deshecho” en proporcionarnos los mejores medios y facilidades. Si su plataforma “Educamadrid” no tenía dimensionado el ancho de banda para la sobrecarga de uso que se le venía encima, nada mejor que obligar a todos los profesores a usarla y de paso a criminalizar cualquier opción alternativa.

Ha sucedido que, tanto los que ya lo tenían montado como los que lo han conseguido montar en tiempo récord y sin apoyos, nos encontramos con unas tardías instrucciones de “REALIZACIÓN DE ACTIVIDADES EDUCATIVAS NO PRESENCIALES EN LOS CENTROS EDUCATIVOS DE LA COMUNIDAD DE MADRID” que llegaron dos meses tarde y nos pedían tirar todo lo hecho por la borda para dar marcha atrás. Si hay algo más agradable que el trabajo intensivo y extensivo es que te pidan que lo repitas todo.

Preguntas esenciales tales como:

    • “¿Se puede grabar al alumnado durante la realización de actividades educativas no presenciales, y en especial si éstas van a servir como instrumento de evaluación?
    • ¿Se necesita previamente solicitar consentimiento expreso del alumno o de sus tutores legales para ello?
    • ¿A través de qué plataformas pueden realizarse estas grabaciones?
    • Las grabaciones de las pruebas de evaluación, ¿pueden realizarse en el domicilio del alumno?”


Por fin obtuvieron una respuesta. La opción ofrecida por nuestras autoridades ha sido siempre la menos facilitadora y la más compleja de implementar. ¿La que dificulte más aún las complejas circunstancias por las que pasamos? pues esa.

“No se debe descargar ni instalar aplicaciones o software que no hayan sido previamente autorizados por la organización”: ¿Se imaginan veinte mil profesores pidiendo autorización?¿No? Pues sí.
 

“Si el equipo utilizado para establecer la conexión remota es personal, debe evitarse simultanear la actividad personal con la profesional”. No nos han proporcionado equipo de trabajo, pero quieren que saquemos del ordenador de nuestra propiedad la palabra “doméstico” y que se lo entreguemos a la causa como rehén.

“Se debe evitar exponer la pantalla a la mirada de terceros. Si se trabaja habitualmente desde lugares públicos, es recomendable utilizar un filtro de privacidad para la pantalla” ...Y ponerse las gafas de James Bond y vigilar de soslayo al enemigo, no sea que se nos vean las raíces cuadradas.

“Si hay sospecha de que la información ha podido verse comprometida comunicar con carácter inmediato la brecha de seguridad”. ¡De inmediato! ¡Emergencia nacional!¡Señor inspector que esa señora me miró la pantalla!

“Si la sesión va a ser grabada por el profesor este debe informar previamente a los alumnos e informarles de que la grabación se guardará de forma segura en la nube o Cloud del centro educativo,...” No lo pongo todo, pero viene un párrafo de comunicado para los chiquillos (o para sus tutores) ¡Para usar en cada sesión grabada! que ríanse de los términos y condiciones de uso del Facebook. 

Todo facilidades.

Luego se hace un listado de plataformas autorizadas. Si eliges otras será pidiendo autorización a los afectados, motivándola con todo lujo de detalles, esperando la respuesta no se sabe cuánto tiempo y asumiendo cualquier responsabilidad el profesor y el centro ante la catástrofe que seguro sucederá y “no me digas que no te lo dije”.

“Antes de utilizarlas, se deberá realizar un análisis de riesgos, recabar la validación de su uso por parte de la DG de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza y de la Delegación de Protección de datos, e incluirlas en la PGA después de aprobar su uso, tal como se indica en el modelo de consentimiento oficial que está publicado en la página web de la Delegación de protección de datos.”.

No me digan que no es de traca. Todo esto nos lo dicen el 11 de mayo. Dos meses, ¡dos meses! ya trabajados en modalidad a distancia. Cada uno con las aplicaciones que pudo buenamente.

Por otro lado, ha sido un hecho frecuente la necesidad de hacerse con videocámaras, ordenadores, conexión a la red de alta velocidad o de sustituir equipos que dejaban de ser operativos a causa del sobredesgaste al que se les ha sometido. También costeado por cada uno, que la Administración no está para dispendios.

Ya que no nos van a indemnizar por los gastos ni por atentar contra nuestra estabilidad mental y emocional y dado que la formación ha sido, en la práctica totalidad de ocasiones, autodidacta o, a lo sumo, auxiliada por los compañeros y compañeras con más conocimientos, sería de agradecer se ponderara el mencionado esfuerzo autodidacta y reconocer, de forma general, en créditos de formación continua al personal docente de la Consejería Educación. En caso de que el trabajador haya completado los créditos de formación necesarios para el reconocimiento del sexenio, los tres créditos o la parte correspondiente de los mismos se reconocerían para el próximo sexenio. ¡Qué menos!

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