domingo, 6 de septiembre de 2020

Clases en directo: solución o problema

Hace un par de días me entrevistaron on line y con algunos fragmentos de mi entrevista y de otras, Sara Montero del digital Cuarto Poder publicó el sqiuiente artículo "Cámaras para grabar las clases: ¿innovación necesaria o control al profesorado?".

Sin dejar de agradecer la publicación, la visibilidad y el enfoque realista y objetivo de la situación que consiguió Sara, voy a publicar aquí mis respuestas íntegras, que considero de interés.


¿Hay legislación para proteger el derecho a la imagen de los docentes o el derecho a la propiedad intelectual?

Por supuesto. Está la Constitución art. 18 que garantiza un derecho humano que es el derecho a la privacidad de las comunicaciones

"3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales,
telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal
y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos."

luego está la Ley que regula el derecho al honor, intimidad personal y familiar y a la propia imagen art. 7-2

"Tendrán la consideración de intromisiones ilegítimas en el ámbito de protección delimitado por el artículo 2 de esta ley:

[...]

2. La utilización de aparatos de escucha, dispositivos ópticos, o de cualquier otro medio para el conocimiento de la vida íntima de las personas o de manifestaciones o cartas privadas no destinadas a quien haga uso de tales medios, así como su grabación, registro o reproducción."

Y está la libertad de cátedra en la Constitución art 20 y en el artículo 3 de la Ley Orgánica 8/1985 de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educación en el que se sitúa a todos los profesores/as como titulares de esta libertad, incluidos los de la enseñanza no universitaria.

En Madrid, está la ley de autoridad del profesor. Grabar las clases pone en entredicho de facto esta autoridad, pues puede servir para fiscalizar su labor, lo que supone una pérdida de confianza en el docente, que en la pública, recordemos, tiene que superar carrera, aportar méritos y presentarse a concurso oposición. Esta autoridad emana de la LOE/LOMCE/LOMLOE art 104.1.

En general, la propiedad intelectual es un derecho menor que los mencionados, que son de rango constitucional o que derivan de los derechos humanos.

La propiedad intelectual es el derecho a ser remunerado, compensado o reconocido por las creaciones propias. Evidentemente se vulneraría la propiedad intelectual, pero solo si el material difundido se reutiliza con ánimo de lucro. Pero en ese caso, al difundir a terceros sin autorización, vulneraría derechos mayores, como los mencionados: privacidad de las comunicaciones, derecho al honor y a la propia imagen, etc, ...

La privacidad de las comunicaciones y la difusión no autorizada, también se protege en el Reglamento General de Protección de Datos. Art. 5.1 f del Capítulo II del RGPD.

¿Hay medios suficientes para dar clases online en los centros españoles (banda ancha, etc.)?

No como para hacerlo simultáneamente desde todas las aulas. Lo digo como usuario, no como técnico. Si Internet va mal habitualmente, tanto que suelo traerme los vídeos documentales a clase descargados para garantizar su visualización, imagina. Como ingeniero informático: puede medirse, se toman los requerimientos de consumo de ancho de banda de la herramienta de streaming en cuestión, se multiplica por las unidades del centro (en mi último IES, de 600 alumnos eran 23 unidades o grupos) y se divide por la capacidad contratada en el centro, sabiendo además que esa capacidad es teórica, pues la Comunidad de Madrid instaló un proxy con el objetivo de denegar accesos a páginas a su discrección (incluso llegó a cerrarnos youtube, una herramienta didáctica hoy de primer orden) que de facto ralentiza toda la navegación y la hace tediosa. Inciso: en general, cuando la Comunidad de Madrid proporciona herramientas y pide burocracia, la finalidad es el control de directiva, profesores y alumnos de los centros en plan Gran Hermano y nunca, repito: NUNCA, facilitar al docente la labor. Mi sospecha es que en el fondo viene bien hacer que lo público funcione mal para justificar o provocar que se deriven "clientes" a lo privado, pero esto es juzgar intenciones. 

¿Necesitan formación los profesores para esta adaptación?

No todos. Lo necesitan sobre todo los más mayores en edad por razones obvias (con honrosísimas excepciones) y muchos de los docentes de especialidades más tradicionales como Lengua, Historia e incluso Matemáticas (pido perdón a sus altezas, las especialidades sobreprotegidas por el currículo), que siguen inercias establecidas desde centurias. Publiqué un artículo sobre ésto en la revista EH del sindicato STEM que trata esa parte. Te lo adjunto

En la Comunidad de Madrid algunos centros ya están adquiriendo cámaras, ¿pero están las aulas preparadas para afrontar este año la "educación digital" o también llegamos tarde a esto?

En el IES Mirasierra se hizo hace ya casi 10 años para un alumno discapacitado y funcionó. Lo hizo un compañero profesor que practicamente él solito montó la infraestructura. Había comunicación bidireccional. En el aula los compañeros veían también al alumno en una pantalla. El mérito se lo apuntaron todos, claro, pero fue enteramente un trabajo en horas extraordinarias y no pagadas del profesor mencionado. Solo se hizo en un aula.

En mi centro anterior, cuando era jefe de estudios, monté junto con el director (que fue antes el coordinador TIC) un sistema para poner los partes disciplinarios desde el móvil del profesor que reducía considerablemente la inmediatez de las comunicaciones, el cálculo de estadísticas que necesita la Administración, el Claustro y el Consejo Escolar y el gasto de papel. También con cargo a nuestro tiempo de descanso. El director actual del centro lo ha suprimido y ha vuelto al papel. Hay mucha resistencia a la tecnología aún en algunas personas. Pero lo importante es que todo lo innovador que se hace en los centros, siempre es en base al esfuerzo de unos pocos héroes.

Para el streaming docente, las aulas necesitarían instalar una cámara, pero también necesitarían, para hacerlo bien, un operador de cámara que enfoque al profesor, cambie a la pizarra, haga zoom o conmute la imagen al PC. Otra opción es, como en youtube, cuadrito con el profesor y fondo con la pantalla del PC. Pero para escribir a mano en pantalla, necesitarían bien tableta gráfica o bien tablet con puntero. La pantalla, no obstante, no soporta bien poder escribir en directo un reguero de fórmulas como las de matemáticas. No hay nada de eso en los centros hoy. Y la conexión, como te comenté, no da para emitir 23 aulas (las que teníamos en mi IES el año pasado) en simultáneo.

En general en los centros suele haber en la mayoría de las aulas ordenador para el profesor (no muy actualizado), proyector y bastantes pizarras digitales, pero esto es estrictamente para enseñanza presencial.

Las aulas de informática (ESO y Bachiller) y las de tecnología (ESO) que necesitan ordenadores también para uso de los alumnos suelen tener un PC para cada dos o tres alumnos y pocas veces actualizados. De tablet ni hablamos. No hay dinero para licencias de programas privativos, y por eso y por filosofía de trabajo muchos usamos software libre.

El mayor problema para integrar tecnología o para cualquier innovación pedagógica choca frontalmente con unas aulas masificadas. Este es el verdadero problema de la enseñanza en España. Necesitamos más profesores y menos alumnos por aula. Para atraer mejores profesionales, se requieren también mejoras laborales y salariales. Todos los países que marcan buenas puntuaciones internacionales, aparte de medios materiales, tienen bajas ratios y valoran a sus profesores. Los pedagogos modernos se golpean el pecho hablando de sus innovaciones teóricas, pero sin ratios bajas son imposibles de aplicar.
 

En el caso de tu entorno, ¿hay profesores preocupados por que tener que dar esas clases online sin todas las garantías?
 

Tod@s absolutamente. Creo que la mayoría se negarán a hacerlo. La ley les protege. Pero la preocupación mayor del profesorado es que estamos saturados de trabajo desde los recortes (hace 9 años) y que hay enormes tareas burocráticas innecesarias. El inicio y final de curso son agotadores habitualmente, yo suelo enfermar tras rematar cada fin de curso, justo al comienzo de las vacaciones. Y otros compañeros me comentan lo mismo. El covid ha venido a complicarlo todo. Estamos exhaustos y nos sentimos desprotegidos e incomprendidos. 



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